¡Hola! Hoy abro una nueva sección, esta vez dedicada a los
clásicos. En la mayoría de blogs y canales de youtube no se suele hablar de
ellos, y creo que es una parte fundamental de la literatura. En esta sección, que
haré una vez al mes, hablaré sobre dos o tres clásicos que haya leído recientemente
y los comentaré. No haré una reseña muy profunda de cada uno, sino más bien
comentarios más generales. Sobre todo quiero quitar tópicos sobre que los
clásicos son aburridos o difíciles de leer y, además, recomendar lecturas y
obtener vuestras recomendaciones. No llevo mucho tiempo leyendo clásicos, pero
es una sección de la literatura que me apasiona y por eso he decidido compartir
mis experiencias aquí, porque además me encantaría que me dejarais comentarios
con vuestra opinión y algunas recomendaciones para entradas posteriores, o lo
que queráis decir.
Entre los lectores jóvenes está muy extendida la idea de que
los clásicos son muy tediosos, y esto creo que se debe a que en el instituto,
las lecturas obligatorias suelen ser clásicos. Normalmente se mandan durante
edades en las que la mayoría no somos lectores muy apasionados, y en las que no
tenemos conocimientos léxicos ni de cultura como para saber apreciar esos
clásicos. Por ejemplo, en tercero de la ESO en el instituto al que yo iba era
(o sigue siendo, no lo sé) obligatorio leer El
Quijote y El Cid, dos obras que
encontré extremadamente aburridas y que leí sin nada de entusiasmo, al igual
que mis compañeros. A partir de esa experiencia tan fea de leer por obligación
algo que no me estaba aportando nada, muchos renegamos automáticamente de este
tipo de lecturas, y no fue hasta segundo de Bachillerato cuando me encontré con
un par de clásicos que realmente me fascinaron: La casa de Bernarda Alba y El
árbol de la ciencia.
Por eso, reflexionando acerca de estas dos experiencias y
viendo cómo la gente de mi edad (y de otras edades, por supuesto) tiene un
concepto muy malo de los clásicos, he querido abrir esta sección sobre ellos.
Los clásicos pueden aportarnos mucho: son una fuente de cultura general sobre
otras épocas, podemos empaparnos de estilos que ya no se usan y, sobre todo, abrir
nuestros propios horizontes.
En esta primera parte, quiero hablar de dos lecturas que
realicé este verano: Estudio en escarlata, de Arthur Conan Doyle, y El retrato
de Dorian Gray, de Oscar Wilde. El primero no me gustó demasiado, pero el
segundo me pareció sublime.
"Un cadáver hallado
en extrañas circunstancias en una casa deshabitada provoca que los agentes de
policía de Scotland Yard se pierdan en divagaciones equivocadas. Y, por si
fuera poco, un nuevo asesinato parece complicar aún más la historia. Para
resolver el misterio, habría que remontarse en el tiempo a otros asesinatos
ocurridos hace 30 años en la ciudad mormona de Salt Lake City… Sólo Sherlock
Holmes, gracias a sus implacables poderes deductivos y forenses, será capaz de
solventar el crimen".
Estudio en escarlata es la primera novela en la que aparece
Sherlock Holmes. Eso fue lo que más me gustó de este libro: ver cómo se
conocieron el detective y el doctor Watson, leer cómo resolvieron su primer
caso y cómo se fue forjando poco a poco su relación. La historia en sí es
entretenida, pero había capítulos sumamente aburridos que me parecieron eternos.
También hubo partes muy interesantes, pero en general me pareció una obra muy
lenta y el estilo no me atrapó en absoluto. Sin embargo, he leído otras novelas
sobre Sherlock Holmes y me gustaron bastante, y hablando con otros lectores he
descubierto que en general esta primera parte no suele gustar demasiado. Así
que seguiré con la serie de novelas, y si queréis que hable de ellas con más
profundidad, decidlo en los comentarios.
"Dorian Gray es un
joven aristócrata muy atractivo que, después de haber pasado una solitaria
adolescencia en el campo, regresa a Londres, donde ha heredado una mansión.
Atraído por la vida nocturna, se sumerge en ella de la mano de Lord Henry Wottom,
que lo conduce a los antros más recónditos y sórdidos de la ciudad. Al joven le
fascina el estilo de vida decadente y amoral de Wotton. Por otra parte, su
obsesión por alcanzar la eterna juventud lo impulsa a hacer un pacto diabólico:
él se mantendrá siempre joven, pero las huellas del paso del tiempo y de sus
terribles delitos, es decir, su degradación física y moral se reflejarán en un
retrato que le ha hecho su amigo el pintor Basil Hallward".
En agosto me embarqué en la lectura de El retrato de Dorian
Gray, de Oscar Wilde. Sobre esta novela sabía lo básico, no estaba nada
informada sobre ella, así que partía prácticamente de cero y su lectura fue una
experiencia muy buena. La historia me pareció increíble, y el estilo me gustó
mucho y me pareció muy bello en general. Esta novela me atrapó desde la primera
página, ya no sólo por la trama principal, sino también por la ambientación,
por el marco de personajes alrededor del protagonista, por la forma de escribir
de Oscar Wilde… Hubo días en los que no podía parar de leer, hay partes
realmente adictivas.
Sin embargo, hubo un capítulo bastante largo en la segunda
mitad del libro que me resultó muy aburrido y eso disminuyó un poco mi interés
sobre la novela. Seguí leyendo porque quería saber cómo terminaba, un poco por
inercia, y la verdad es que tan pronto se acabó esa parte, volví a engancharme
totalmente otra vez.
Así pues, creo que es importante recalcar que una mala experiencia
con un clásico (como lo fue para mí el primer libro) no es razón para renegar
de todos ellos, ya que se pueden encontrar verdaderas joyas. Además, recomiendo
elegir una buena edición adaptada, porque eso puede facilitar mucho la lectura.
Por ejemplo, mi edición de El retrato de Dorian Gray es de la
editorial Austral, que además tiene anotaciones al pie de página que
complementan muy bien la ambientación cultural de la novela y que pueden ser
bastante interesantes.
En los comentarios dejadme vuestras opiniones sobre estas
dos novelas si las habéis leído, y contadme qué os parece esta nueva sección.
Estaré encantada de leer vuestras impresiones. ¡Hasta el miércoles que viene!
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