Resumen de lecturas: diciembre de 2016.

miércoles, 11 de enero de 2017

¡Hola! 

Hoy os quiero hablar de los libros que leí durante el último mes de 2016. No he reseñado ninguno de ellos y no voy a hacerlo, así que seguramente esta entrada sea algo más extensa, porque quiero hablaros con cierto detalle de qué me han parecido estas lecturas y por qué, aunque desde luego no me voy a extender tanto como lo haría en una reseña. La razón por la que no he reseñado ninguno de estos títulos es simple: tenía reseñas pendientes desde verano que me apetecía más publicar; solo hace un mes desde que volví al blog, así que he tenido que elegir qué reseñar y qué no en estas semanas, y, desgraciadamente, algunos libros se han quedado sin una entrada individual... lo cual no significa que no quiera hablaros de ellos, aunque sea en un formato más breve. Así que por eso estamos aquí hoy.

¡Allá vamos!



Empezamos con El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín. Es una obra de teatro del siglo XVIII de la que muchos habréis oído hablar ya en clase. Yo la había dado en el instituto en casi todos los cursos, pero no ha sido hasta este año cuando la he leído. 

La verdad es que esperaba encontrar en sus páginas una obra aburrida y a la que no iba a sacarle demasiado jugo, pero lo cierto es que me gustó bastante. Habiendo estudiado su época, su género y sus características, El sí de las niñas me pareció una obra entretenida, bastante buen reflejo de lo que fue el teatro neoclásico y su principal exponente, Leandro Fernández de Moratín. 

El tema del matrimonio concertado (que es el eje central de esta comedia) me llama mucho la atención, y me resultó interesante ver cómo estaba tratado desde la perspectiva ilustrada de aquella época. Sin duda, os recomiendo leer esta obra, ya que os va a brindar una visión de primera mano sobre uno de los géneros teatrales más importantes del período, sobre los mensajes que se le intentaba transmitir a la sociedad, sobre esta misma sociedad y sus valores, etc.


En noviembre empecé Mierda en mis tacones, de Lorena Pacheco, y lo terminé ya en diciembre. A esta autora la conocí a través de una lectura conjunta en febrero del año pasado, y aunque el libro que leímos (que fue Reset) no me convenció demasiado, su autora se ganó mi respeto y admiración con su prosa y su personalidad. Además, su editorial (Escarlata Ediciones) es de mis favoritas, así que ya estaba tardando yo en leer otra de sus novelas.

Mierda en mis tacones trata la historia de Raquel, una barcelonesa que por circunstancias de la vida acaba trabajando en un pueblo de Alemania para intentar sacar adelante un hotel allí. Raquel es una chica de ciudad, con muchos prejuicios, egoísta, maleducada y demasiado concentrada en su ombligo; pero el cambio de vida tan brusco le obliga a abrirse y a cambiar para adaptarse. 

El viaje que recorre la protagonista a lo largo de las páginas de esta novela me resultó apasionante. Lorena Pacheco tiene mucho talento a la hora de tratar a sus personajes, a sus emociones, y es capaz de transmitirlo a través de las palabras. Con esta novela reí a carcajadas, pero también me emocioné y disfruté como una niña en algunas escenas. No es una historia que me haya cambiado la vida, pero me hizo pasar muy buen rato y ver claramente algo que ya venía meses suponiendo: que, aunque una novela no me haya gustado, puedo encontrar otras obras del mismo autor que me hagan disfrutar de verdad. 


Mi tercera lectura de diciembre fue Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, obra que casi, casi todos hemos leído durante la ESO. Yo también lo hice, pero en aquel momento (¿14 años, quizá?) no entendí ni la mitad, cosa que ahora sí he hecho. Don Juan Tenorio me ha gustado muchísimo esta vez. 

Esta obra es un ejemplo perfecto de drama romántico y de los ideales de uno de mis movimientos artísticos favoritos, y a través de sus páginas desfilan personajes y discursos que reflejan las características de este tipo de teatro. Algunos de los temas más importantes en Don Juan Tenorio son el amor, la libertad, el carácter inocente de doña Inés, la rebeldía de don Juan, el honor... y, por último, la salvación gracias al amor divino, lo que identifica a esta obra frente a las demás que se basan en este protagonista.

A pesar de conocer casi de memoria la historia, leer esta obra con la edad y los (escasos) conocimientos que tengo ahora me ha permitido comprender mejor por qué es considerada un clásico, por qué su lectura es tan enriquecedora para entender el Romanticismo. La leí dos veces seguidas, la segunda de ellas siguiendo la lectura mientras veía la obra representada (vi la versión que hicieron en Alcalá de Henares en 2005, si os interesa os dejo el enlace por aquí), y la verdad es que es una obra tan interesante que probablemente la vuelva a leer en el futuro.


Por último, terminé 2016 leyendo Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom, una novela de la que no había oído hablar hasta hace muy poco. Me la recomendó mi amiga Celia, y una de las últimas tardes de diciembre abrí el libro y lo terminé esa misma noche. Por lo que Celia me había comentado, yo ya intuía que se trataba de una novela de las que te cambian la vida, de esas con mensajes tan profundos que, cuando lees la última página, no eres la misma persona que fuiste al leer la primera. Y no me equivocaba. 

Martes con mi viejo profesor es una historia sencilla, que trata sobre un periodista que visita cada martes a un profesor que tuvo en la universidad. Este profesor, Morrie, tiene ELA. A través de las páginas de la novela, se narra cómo Morrie se va consumiendo por culpa de la enfermedad, cómo la afronta, qué va aprendiendo. Es una historia cruda pero llena de esperanza, de valores, de enseñanzas. Es el tipo de libro que yo llenaría de post-its porque está plagado de fragmentos memorables (no lo hice porque el ejemplar que leí era de Celia, pero ahora que tengo mi propio ejemplar -sí, me lo regaló ella- no puedo esperar a releerlo para marcar cada párrafo al que quiera regresar en un futuro).

Con Martes con mi viejo profesor sentí algo parecido que con La lección de August o Yo antes de ti: son libros que no se pueden dejar pasar; hay que leerlos, dejarse sumergir en sus historias y empaparse de sus mensajes. Creo que todo el mundo debería pasearse por sus páginas y aprender de sus personajes, porque, para mí, le brindan al lector una experiencia inolvidable.


¡Hasta aquí la entrada de hoy! Siento haberme extendido tanto, espero que hayáis disfrutado de mis opiniones tanto como yo disfruto de escribirlas. Nos vemos el domingo con un nuevo relato (aquí está el de la semana pasada, por si os lo perdisteis), y el próximo martes con una nueva entrada sobre libros. ¡Hasta entonces! 

9 comentarios:

  1. Yo leí Don Juan Tenorio y El sí de las niñas en la ESO, los dos me gustaron en su momento aunque puede que los lea de nuevo para pillarlo todo al 100% y la verdad es que tardaré algo en hacerlo porque Bachillerato me hizo "odiar" los clásicos por este maravilloso sistema educativo así que necesito depurarme. ¡Me has animado a leer Martes con mi viejo profesor! Y la otra que has mencionado no me interesa mucho, la verdad. ¡Un beso, guapa! Nos leemos ♥

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  2. ¡Hola!

    A mí el que me ha llamado mucho es el de Martes con mi viejo profesor, por todo lo que dices parece uno de esos libros que se te quedan marcados y que te hacen reflexionar.

    ¡besos!

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  3. Hola, Lidia! Pues todos me llaman mucho. Tengo ganas de leer "Don Juan Tenorio", aunque creo que lo haré más adelante.
    "Mierda en mis tacones" tiene pinta de ser súper divertido, todo el mundo lo dice.
    Espero que este mes tengas buenas lecturas ^^

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  4. ¡Hola!
    Me llaman la atención todos los libros :3 El de El sí de las niñas lo tengo por aquí así que le daré una oportunidad pronto.

    ¡Besos!

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  5. Pues como me has recargado las pilas con tu genial, estupendo , maravilloso ( inserte sinónimos aquí) relato de la entrada anterior, ¡aquí sigo!

    Disfruto como una enana de todas y cada una de tus entradas, y al mismo tiempo me siento pequeñita leyéndote. ¡Cuanto necesito aprender!

    Para mi " Martes con mi viejo profesor" marcó un antes y un después. Ni siquiera "Yo antes de ti" me hizo sentir tanta rabia e impotencia como este libro. Quizás fue porque lo leí siendo mucho más joven o quizás porque es autobiográfico, con toda la carga emocional que ello supone, el resultado es que esas "conversaciones" siguen en mi cabeza casi 15 años después de haberlo leído.

    Otro abrazo y esta sí es la última vez que me despido por hoy ;)

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  6. Gracias por tus palabras, preciosa. Me hizo mucha ilusión que te gustara, ya lo sabes. No he leído los demás, pero el último me ha llamso más que los otros. Un beso enorme!

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  7. ¡Hola, Lidia!

    Muchas gracias por tu entrada. Me gusta mucho ver los resúmenes de vuestras lecturas. Tengo en mente haber leído "El sí de las niñas" y "Don Juan Tenorio". Coincido contigo en la primera. Su lectura me resultó muy sorprendente y gratificante.

    Muchas gracias por tu entrada. Espero leerte pronto.

    ¡Un beso!

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  8. ¡Hola, Lidia!
    El sí de las niñas no me gustó mucho, pero creo que eso se debe a que yo prefiero el teatro del Siglo de Oro al del neoclásico. De igual manera, Don Juan Tenorio tampoco lo disfruté tanto, especialmente por el final, el cual me parece vomitivo, sé que es por lo del romanticismo y el tema de la redención, pero no puedo con esa obra; en cambio, amo El burlador de Sevilla de Tirso -o de otro, porque hay quienes no se ponen de acuerdo- o la versión de Molière, cuyo final me encanta, también soy fan de El estudiante de Salamanca de Espronceda.
    Me llevo anotado Martes con mi viejo profesor.
    ¡Un abrazo!

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  9. Mucha variedad, no? Qué bueno que te haya gustado la novela de Lore y que Escarlata sea de tus favoritas <3
    Me gustó que hayas podido hablar al menos un poquito de cada libro. Es casi como sentarte a contarle a alguien por qué te gustó un libro, sin pensar tanto en el formato :P
    Un besote!

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